No entienden de edad ni de sexo, y la mayoría de la población acaba sufriendo por su causa en algún momento de su vida. “El dolor de rodilla es el problema de las sociedades desarrolladas”.

El tratamiento inicial siempre debe ser ortopédico mediante la realización de unas plantillas que estabilicen el pie durante la marcha, den soporte al arco plantar y compensen los desequilibrios estructurales del mismo.

Cuando el tratamiento ortopédico no es efectivo y el dolor, la limitación y la deformidad aumentan progresivamente y generan dificultad para la realización de actividades cotidianas debemos plantearnos la posibilidad de opciones de tratamiento quirúrgico. No es necesario decir que cualquier acto quirúrgico realizado sobre un pie y tobillo es una agresión en si misma por lo que siempre debe valorarse su idoneidad y necesidad con un especialista en la materia.

En función de su rigidez y afectación articular (artrosis de las diferentes articulaciones involucradas en la deformidad) podemos clasificar los pies planos en flexibles o rígidos.

Detalle quirúrgico de la realización de una osteotomía tipo Evans de calcáneo por mínima incisión para la corrección del pie plano valgo flexible. Dr. Ruiz Nasarre

Detalle quirúrgico de la realización de una osteotomía tipo Cotton en la cuña interna por mínima incisión para la corrección del pie plano valgo flexible. Dr. Ruiz Nasarre.

Detalle quirúrgico de la corrección en el arco plantar obtenida tras el cierre de incisiones. Dr. Ruiz Nasarre.

Los pies planos flexibles son aquellos en que podemos corregir la deformidad con la simple manipulación. Las articulaciones todavía no han sufrido una anquilosis en dicha posición y son móviles. En estos casos estará indicada una cirugía de corrección de la deformidad preservando las articulaciones mediante la realización de osteotomías. Esto implica cambiar la posición y los ejes de diferentes huesos sin alterar las articulaciones entre los mismos. Se trata de técnicas quirúrgicas que preservan mejor la anatomía y la fisiología de movimiento normal y serán nuestra primera alternativa, siempre que las características del pie lo permitan.

En los pies planos rígidos o estructurados ya existe una anquilosis de las articulaciones involucradas que impide corregir la deformidad. Es por ello que deberemos optar por una técnica de artrodesis (comúnmente conocida como doble o triple artrodesis) que nos permite corregir la deformidad fusionando las diferentes articulaciones en correcta posición. Es una técnica con un elevado grado de satisfacción y con una gran capacidad de corrección pudiéndose realizar actualmente por una sola incisión y con una menor agresión quirúrgica.

El papel del cirujano ortopédico especialista en pie y tobillo es, tras la realización de los estudios necesarios y pertinentes para cada caso, aconsejar al paciente sobre la necesidad de intervención y sobre que alternativa es la más adecuada para cada situación.

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